martes, 15 de febrero de 2011

Y sé que él es mis ganas de vivir.



Todo comenzó tras unos tragos de ron,  miradas, indirectas demasiado directas que pasaron a ser caricias, besos, pequeños mordiscos, que se convirtieron en paseos de la mano, en abrazos indefinidos… en susurros al oído.

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