domingo, 2 de enero de 2011

Quedate conmigo.


Tal vez nuestro amor contenga partículas de diversas películas. Te conocí sin esperarlo, no estaba planeado nada; pero a la vez lo agradezco todo, Romeo y Julieta se encontraron en una fiesta; tú y yo, entre árboles, hojas y locuras. Permanecí a tu lado al igual que Leonardo Di Caprio en Titanic. Haré lo imposible por tenerte como aquella chica de 17 años a su amor de 37 en perdona si te llamo amor. Tal vez nuestra edad no sea tan diferente; pero lo que siente ella por él, te prometo que en este caso logro superarlo. Tú tan perfecto ante mis ojos, creando miles de sonrisas en mis labios, sintiendo como tus manos recorren centímetro a centímetro mi piel, y escuché aquella tarde tus te quiero. Recibiendo tus besos en mi boca, en mi cuello, en mi frente e incluso en mi nariz. Tú me has hecho sentirme única, has sido capaz de hacerme sentir que no estaba despierta, que aquellas horas que transcurrían a tu lado tan solo formaban parte de  un sueño; si esto es un sueño, no quiero despertarme en la vida. Tumbados sobre la tierra húmeda junto a un árbol, rodeados de cientos de árboles y decenas de personas a nuestros pies. Pero sabes qué? Lo único que me importaba en ese momento eras tú; nadie más que tú. Tú sonrisa de niño malo, tantas veces me mirabas como segundos pasamos juntos, tus tonterías, el llevarme la contraria diciendo que era preciosa y que eras afortunado por tenerme a tu lado; pero en realidad la única afortunada fui yo por encontrarte; por encontrar al chico perfecto. En estos momentos ¿Qué eres para mi? Si te soy sincera en estos momentos llevo más de 32horas pensando en ti, rezando por no perderte. Eres ese moreno que aquel día me trajo loca. Aquel que me dijo millones de cosas preciosas, aquel que me acogió entre sus brazos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario