lunes, 28 de marzo de 2011

LA DIFICULTAD DE LAS PALABRAS.



Ni siquiera ahora sé como me siento, me encuentro en una sala en la que puedo escoger dos puertas diferentes; las dos tienen salida pero no sé por cual salir; dos caminos por los que tirar. Tan solo consta de dos destinos diferentes, de besos y caricias; de sonrisas y lágrimas. De poder encontrarme en tus brazos y desear que el tiempo se detenga; que no cese ni un segundo. Dos puertas, caminos… tan iguales, pero, a la vez tan diferentes.
Y tengo miedo a equivocarme, de no escoger el camino o la puerta adecuada. Y ahora solo puedo ahogar mi dolor en alcohol, esparcirlo junto al humo de mi cigarro.
Ojala pudiera estar segura; dejar de dudar; convertirme en dos personas para que cada una pudiera escoger una puerta la cual le haría enfrentarse a un camino diferente; a una dulce locura o una amarga maldición.
Por favor; darme una señal, la señal más sencilla pero que me haga decidir porque esta duda está acabando dolorosa y lentamente conmigo, con mi corazón.
Lágrimas resbalan por mis mejillas hasta mojar el teclado; el veneno recorre cada centímetro de mi cuerpo a través de mis venas.
Demuéstrame que eres el camino que debo escoger. La persona adecuada para seguir a su lado por el camino a la felicidad eterna. Ayúdame a descubrir realmente quien soy y prométeme que tú serás la misma persona que duerma a mi lado cada noche; la que me despertará con un beso; la que me abrazará cuando tengo frío y la que secará mis lágrimas. Prométeme que nos perderemos bajo las sábanas y me harás el amor dos veces por lo menos al día;  que nunca dejaré de escuchar tus te quieros; tan solo prométeme que todo a tu lado será como en un cuento de princesas; que será ese juego en el que yo te beso y tu me besas...
Y yo, ¿Qué puedo ofrecerte? Puedo ofrecértelo TODO. Puedo regalarte cientos de caricias; miles de besos, millones de te quieros… Puedo acostarte cada noche con un beso y levantarte de la misma manera; puedo besar cada centímetro de tu cuerpo, morderte; puedo hacer cualquier cosa por ti; por descubrir que tú eres el único y que contigo no necesito a nadie ni nada más. 

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